En casa de un familiar o amigo:
Por lo general, es difícil que nuestro entorno entienda la seriedad de la enfermedad, piensan que al no ser alérgicos por un poquito de gluten no nos va a pasar nada y por este motivo continuamente, tanto nuestros amigos como familiares van a insistir en que probemos un poquito del producto con gluten. Ante estas situaciones, una vez más vuelve a ser fundamental la información y que entiendan la repercusión que puede tener para nosotros que tomemos gluten, aunque sea un poquito. Debemos ser tajantes y acostumbrarnos a decir que no, de esta forma lo entenderán y no insistirán continuamente.
Conviene que a nuestro entorno más allegado les demos unas nociones básicas para que puedan preparar la comida sin gluten, sin que les genere mucha complicación:
- Consultar con nosotros los ingredientes de los platos que quieren preparar.
- Intentar que la comida que preparen ese día sea para todos sin gluten, de esta forma será mucho más sencilla la manipulación de los alimentos.
- Si no es posible, hacer nuestra comida aparte con utensilios limpios, aceite limpio, etc.
En eventos organizados por nuestro entorno:
Muchas veces damos por hecho que todo el mundo sabe que somos celíacos, pero no es así, por lo que siempre debemos avisar al organizador del evento al que nos inviten amigos o familiares.
En el caso de los niños, somos los padres los que damos más importancia a la comida, ya que los niños lo que quieren ese día fundamentalmente es jugar con el resto de los niños y para ellos la comida es algo secundario.
- Hablaremos con el organizador para valorar con él si existe la posibilidad de solicitar un menú sin gluten.
- Cuando lleguemos al evento lo recordaremos al responsable.
- La mayoría de los caterings están acostumbrados a preparar menús sin gluten, pero eso si, hay que avisarlo con antelación.