SEGURIDAD DE LA INGESTA OCASIONAL DE GLUTEN EN LA VIDA REAL

Publicado el 08 de Diciembre de 2022 | Asociación
Con sin gluten

Un estudio realizado en Italia a lo largo de un año ha investigado las consecuencias de la ingesta esporádica de gluten en personas adultas con enfermedad celíaca. El trabajo surge de la idea alguna vez planteada de que el gluten puede llegar a ser tolerado tras el diagnóstico por algunos pacientes en ciertas condiciones.

Las personas diagnosticadas de enfermedad celíaca (EC) son informadas de que la EC es una enfermedad crónica que no tiene cura, y reciben la recomendación general de realizar una dieta sin gluten estricta durante toda su vida para garantizar la correcta recuperación y prevenir posibles complicaciones futuras. Sin embargo, esta afirmación, que es compartida por médicos e investigadores, no excluye una duda que muchos tienen en mente y que tiene que ver con la cantidad de gluten que puede ser tolerada e incluso con la posibilidad de que la enfermedad revierta y permita consumir gluten con normalidad en algunos casos.

Los estudios que han tratado de establecer la cantidad de gluten que pueden tolerar los pacientes se basan en la administración diaria de distintas cantidades de gluten durante un periodo determinado de tiempo y han concluido, en conjunto, que una cantidad de entre 10 y 100 miligramos de gluten al día puede ser tolerada, situando en los 10 miligramos diarios de gluten la barrera que no se debería superar para garantizar la seguridad de todos los pacientes.

Pero la vida real no es así, y muchos pacientes que consumen gluten por encima de las cantidades teóricamente toleradas no lo hacen a diario sino de manera esporádica y muchos no manifiestan síntomas. Además, existen casos de pacientes en los que no se ha reactivado la EC al regresar a una dieta normal con gluten después de muchos años haciendo dieta sin gluten tras su diagnóstico, lo que plantea la posibilidad de que el gluten pueda volver a ser tolerado. Si efectivamente es así, se desconoce en qué casos y en qué condiciones.

Esta situación es la que motiva este estudio realizado de manera prospectiva entre octubre de 2017 y septiembre de 2018 por el Instituto para la Prevención y el Diagnóstico de la EC de la Universidad de Milán, en Italia. En total reclutaron 1.378 personas celíacas adultas (75% mujeres), de las cuales 109 (8%) aseguraban consumir alimentos con gluten de manera intencionada y ocasional, principalmente eran hombres. Se les ofreció realizar un cuestionario sobre hábitos de alimentación y se registraron los síntomas que experimentaban cuando consumían gluten, en caso de que tuvieran alguno. También se les sometió a un análisis serológico de anticuerpos y una endoscopia con toma de biopsias duodenales. Como control fueron seleccionados 149 pacientes con buena adherencia a la dieta sin gluten y valores negativos de anticuerpos en sangre.

Algo menos de la mitad de los pacientes que consumían gluten voluntariamente completaron el cuestionario sobre hábitos de alimentación, 48 en total. 36 de ellos (el 75%) aseguraron no experimentar ningún síntoma. Sus respuestas permitieron conocer que el 4% consumía gluten diariamente, el 40% al menos una vez a la semana, el 35% al menos una vez al mes y el 21% al menos una vez al año. En promedio consumían 182 gramos de gluten al año y llevaban una media de 8 años cometiendo estas transgresiones ocasionales.

Si bien los resultados analíticos mostraron más casos con elevación de anticuerpos en sangre entre los pacientes que consumían gluten de forma voluntaria y ocasional frente a los que seguían correctamente la dieta sin gluten, los resultados de las biopsias duodenales no diferían entre unos y otros, siendo llamativo que en ambos grupos la atrofia vellositaria seguía presente aproximadamente en un tercio de los casos. Entre los que consumían gluten de forma ocasional no había relación entre el grado de lesión intestinal observada o los valores de anticuerpos en sangre y la cantidad o frecuencia con la que ingerían gluten.

Al tratarse de un estudio observacional, no se estableció ninguna pauta concreta de administración ocasional de gluten para valorar sus consecuencias, ni se comprobó si los sujetos seleccionados como grupo control por su buena adherencia a la dieta sin gluten y por la ausencia de anticuerpos en sangre realmente no estaban ingiriendo gluten de forma inadvertida.

Los autores de este estudio aventuran en sus conclusiones la posibilidad de un tratamiento personalizado adaptando la dieta sin gluten al nivel de tolerancia de cada paciente si se logran identificar los mecanismos que conducen a ello o los factores implicados. Pero también comentan durante la discusión de los resultados que aún se desconocen las consecuencias clínicas de la persistencia de atrofia vellositaria, incluso cuando no va a acompañada de síntomas. Estudios previos estiman que en torno a un 30% de los pacientes siguen mostrando atrofia a pesar de la dieta sin gluten, dato que se ha obtenido también en este estudio en ambos grupos de pacientes, los que consumían gluten de forma voluntaria y ocasional y los que no lo hacían, al menos conscientemente.


Artículo original: Elli L, Bascuñán K, di Lernia L, Bardella MT, Doneda L, Soldati L, Orlando S, Ferretti F, Lombardo V, Barigelletti G, Scricciolo A, Fabiano S, Vecchi M, Roncoroni L. Safety of occasional ingestion of gluten in patients with celiac disease: a real-life study. BMC Med. 2020 Mar 16;18(1):42. DOI: https://doi.org/10.1186/s12916-020-1511-6


Autor: Juan Ignacio Serrano Vela. Doctor en Biología. Servicio de Investigación y Formación de la Asociación.

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